Saludo de bienvenida

Soy Patricia Bertacchi, autora del diseño y los contenidos de este espacio. Aquí encontrarán un lugar donde refugiarse entre mis pasiones y sentimientos, que bien podrían ser los mismos de ustedes, tomando forma en poemas, cuentos, fotografías, opiniones y comentarios, artículos del Rincón Gastronómico de la Revista C&A Carnes y Alimentos, lecturas, crónicas de viajes y hasta alguna receta. Bienvenidos a mi hogar virtual!

jueves, 25 de octubre de 2018

Crónicas Patricias: Atenas, Grecia - El Ágora Romana, Barrio de Plaka, Estoa de Átalo, Biblioteca de Adriano,


El Barrio de Plaka


Al proponerme conocer Atenas, tuve muy en cuenta todo lo que me había generado tomar contacto con esta cuna del conocimiento y pensamiento, la filosofía, literatura y poesía, cuando la estudiamos en el secundario. Cuna también de las matemáticas, astronomía, física, geografía, historia y medicina, donde están los padres de estas ciencias.  La democracia,  Atenas se hizo una poderosa ciudad estado que creció a partir de su famoso puerto El Pireo, su comercio, cultura, arte y dioses,  y además, lo soñado en mi ilusión juvenil. Para los que nacimos en América del Sur y venimos de descendientes europeos, el antiguo continente, al menos para mí, tiene siempre un secreto que contarme, un gran cuento para hacerme, una gran aventura para vivir, y así lo hago, cada vez que tengo la felicidad y fortuna de conocer alguno de sus rincones. Cada piedra me habla, me emociona, me muestra sus encantos y sus más bajos instintos.  
Por mi naturaleza aventurera y trotamundos, todo viaje es un juego de tiempos, de estadías en cada lugar, coordinación de vuelos, elección de hoteles, una salida didáctica, un motivo de alegría y de despertar mis sentidos, para aceptar y regocijarme con todo lo que pueda ver, oír, oler, comer, fotografiar, saborear, observar, tocar y llorar. Podría seguir diciéndoles una cantidad de verbos que aplican, pero tiendo a corregir mi afecto por la descripción. 
Entonces, al día siguiente de recorrer la Acrópolis, luego de descansar de aquella mañana y tarde larga, agotadora y deslumbrante, pusimos nuestra mira en el animado, expresivo y relajado Barrio de Plaka. 
Plaka duerme y despierta en el mismo lugar, a los pies de la roca sagrada. Es como una gran alfombra colorida y avejentada de forma deliciosa, entorno y bajo la Acrópolis, con colinas, subidas agobiantes, bajadas empinadas, una iglesia ortodoxa restaurada de forma magnífica, callecitas y callejuelas relajadas, vestidas de arcoiris, transitadas, con muchos turistas comprando en bellísimas tiendas que exponen todo, sí, todo lo que tienen para vender. Vestimenta de lino, túnicas con la guarda greca, zapatos de cuero, marroquinería, bolsos y sombreros, mantelería bordada, carpetas de hilo tejidas a crochet, paneras, delantales, esponjas naturales, jabones hiper aromáticos y especiados, en base al oro más preciado, el aceite de oliva, sales minerales y cremas. Los bazares atestados de ánforas, jarrones, libros, algo para llevarte de recuerdo, imanes, el famoso mati (ojo griego y turco que protege de la envidia, mal de ojos, mala fortuna). Los paseantes se ven en torno a las plazas, algunas con un exuberante follaje y parras, tomando un café, unos mezedes o tapas, con deliciosas aceitunas verdes, negras, haciendo un descanso a la sombra. Comiendo algo tan delicioso como unos pancitos de pita pasados por hummus (puré de garbanzos) y salsa tzatziki (en base a yogurt griego, pepino rallado, ajo, menta, sal y jugo de limón), dolmadakias (rollitos de hojas de parra, rellenos de arroz y carne, con salsa de limón) o almorzando una tradicional moussaka griega (pastel en capas de carne de cordero, berenjenas, tomates y salsa bechamel). Los pescados todos, a la parrilla o grillados, con aceite de oliva y limón, para qué más. Los souvlakis (pinchos de carne de cerdo o ternera) con la infaltable ensalada griega y los gyros (deliciosos panes de pita envolviendo en forma de conos, carnes de distintos tipos, asadas en forma vertical y cortadas muy finas, algunas verduras frescas como tomates, cebolla y hojas verdes con la insuperable salsa tzatziki, acompañadas de papas fritas). Ni hablemos del queso feta y unos cuantos más. El  yogurt griego, cremoso, sedoso, preparado con frutos secos en abundancia, frutas frescas y miel, puede ser un despertar en el Olimpo en el "Concilio de los dioses" y toda la dulcería que es imposible de olvidar, baclavá (nueces, almendras, masa philo y miel), bougatsa (masa philo y pastelera..mmm...), kourabiedes (masitas secas de almendras molidas y brandy) y koulourakias (masa de manteca trenzada y horneada). 
Hice un tour gastronómico para... infartar de la angustia oral, no, por maldad, tampoco, para que puedan saborear todo lo que implica un viaje, un mundo de sensaciones que entra por la boca, habiendo seducido antes nuestros sentidos visual y olfativo. Firmemente creo que la cocina es la cultura de un pueblo, es su forma de enfrentar y disfrutar la vida, con creatividad, sencillez o mayor elaboración en algunas ocasiones, técnicas precisas y con lo que tenemos en nuestro suelo, aire y aguas. Las manos son el principal utensilio en la cocina para transformar lo que nos da la naturaleza y convertirlo en el pan nuestro de cada día, haciendo nuestra estadía en la tierra mucho más apetecible. Indudable!! Me quiero volver!!


Welcome Plaka
Telón de la roca sagrada y las banderas griegas

Una de las torres de la recientemente restaurada Catedral Ortodoxa de Atenas

Fachadas atenienses
Torre de la Catedral Ortodoxa de Atenas

Puerta lateral Catedral Ortodoxa de Atenas

Puerta lateral Catedral Ortodoxa de Atenas

Calle de bares, cafés y restaurantes cercano a la Catedral Ortodoxa de Atenas

Puerta lateral Catedral Ortodoxa de Atenas

Interior de la Catedral Ortodoxa de Atenas

Interior de la Catedral Ortodoxa de Atenas

Comienzan los bellos comercios y tiendas de Plaka, esperando que te lleves algo de allí

Bellas puertas ventanas y zaguanes del Barrio de Plaka

Edificaciones en el Barrio de Plaka

Cada callejuela de Plaka es un deleite por su colorido, entorno y telones de fondo

No hay mayor sorpresa que Dios te arme los encuadres con los edificios sagrados de la Acrópolis

Un farol de Plaka, una de mis pasiones

El patriotismo del griego es asombroso, en cada hogar, una bandera 

Otro bello farol de Plaka para satisfacer mi pasión

Esas esquinas raras, planos que desfiguran la construcciones y te asombra el resultado

Hermoso cuesta arriba con la vista de la Acróolis. Detrás de mí esta el Ágora

Continuando por este hermoso paseo que es Plaka, para mí es como el down town de cualquier ciudad, la parte de más carga histórica. Además de todo lo que les conté, nos encontramos al levantar la mirada con fotografías espectaculares, teniendo como telón de fondo la Acrópolis con todos sus templos sagrados y de culto. Atenas me cautivó, es toda fotografiable, la naturaleza, la arquitectura, las puestas de sol, los restos arqueológicos y las ruinas, pero también, esos cuadros que se arman solos, como por arte de los dioses, y te quedas absorto pues parecen irreales. Les confieso que por momentos me sentía transportada en el tiempo, solo el cansancio me hacía saber de mi presente. Para mi gusto, cuatro noches fueron pocos días para estar en Atenas. Les diría que es lo justo para disfrutar a buen ritmo de esta ciudad de más de 3000 años, pero un día más, bien podría haberse disfrutado. 






Plaka duerme y despierta a los pies de la roca sagrada.
Les dejo un vídeo de grecotour.com donde
podrán ver muchos de los lugares que fotografié
y la belleza de la que hago mención



El Ágora Romana

El Ágora Romana o Foro Romano, también llamado Ágora de Cesar y de Augusto, es una de las dos Ágora de Atenas. Se encuentra en el barrio de Plaka y muy cerca de la plaza de Monastiraki. Fue construido entre los años 19 a.C. a 11 a.C. y fue agrandada por el emperador Adriano. Destinado a uso comercial, a la vida pública y política de la ciudad. Es un espacio al aire libre, rodeado con pórticos de estilo jónico. Se conserva el propileos de estilo dórico erigido en honor a Atenea Arquegétis
La Puerta de Atenea Arquegétis es la entrada occidental al Ágora Romana de Atenas. Fue construida con el apoyo económico de Julio César y Augusto. Este Pórtico fue lugar de reunión de agricultores y comerciantes durante la invasión turca, por lo que se llamaba Pazaroporta (Puerta del Bazar). Durante los períodos bizantino y otomano, se construyeron casas, talleres, iglesias, incluyendo la mezquita de Fethiye. En el siglo XIX se excavó y demolieron los edificios modernos. 
La Puerta de Atenea Arquegétis

Ágora Romana

Propileos de estilo dórico erigido en honor a Atenea Arquegétis

Ágora Romana

Puerta de Atenea Arquegetis

Puertas de Plaka

Puertas de Plaka

Empinada escalera, muy concurrida en Plaka

Puertas de Plaka

Farol, tejas, ventanas, chimeneas, pajarito y el templo de Erecteión al fondo

Otro rincón con encanto de Plaka

Templo de la Metamorfósis Sotiros

Rincones con magia, bandera griega y la Acrópolis
En los barrios de Plaka, entre pintorescas casas y calles estrechas, hay un número interesante de iglesias bizantinas. La Metamorfosis Sotiros, Transfiguración del Salvador, es una de ellas, en la calle Teorías y a los pies de la Acrópolis por su lado norte. Es del siglo XI, momento de apogeo de Atenas que se vio empequeñecida  frente a diferentes desastres en los siglos anteriores. Esta ciudad fue el codiciado botín del Imperio, de muchos asaltos de ávaros, búlgaros, eslavos, persas y árabes, dejándola diezmada en vidas humanas y territorio. Frente a Constantinopla, Atenas es insignificante, y las epidemias y múltiples invasiones aceleraron su declive. 
Atenas es sinónimo de la cultura clásica, pero también tubo su pasado medieval, dejando como testimonio, pequeñas iglesias del arte bizantino que embellecen y dan un toque diferente al conjunto de Plaka, como piedras preciosas que se engarzan entre el cemento moderno de la ciudad. 
Iglesia bizantina del siglo XI-XII en nuestro recorrido por Plaka. Es uno de lo monumentos de los más prestigiosos de la ciudad, Agios Nokolaos Ragkavás




En cada encantadora callecita, una excusa para compartir tiempo de charla y restaurarnos

Bellísimas y mágicas esquinas prontas para desbordar de público

Llegamos temprano a descansar bajo esta imponente plaza,
 con techado de sombrillas y abundante vegetación.
 Unas cervezas y jugos naturales, frutos secos y aceitunas como mezedes. 

Una típica taberna griega, el dueño en una mesa afuera del local. 
Son gente muy amable y simpática que dialogan con amigos, clientes y proveedores.

Estamos sentados en este local, pero del lado de la gran plaza emparrada. 
No imaginan el sueño que es estar aquí.

El Arco de Adriano
El famoso Arco de Adriano fue erigido por los atenienses en honor al gran benefactor de Atenas. La Puerta de Adriano, como también se la conoce, separaba la antigua ciudad de Atenas de la Nea Poli (nueva ciudad)  o Adrianopouli. 
Tiene 18 metros de altura, 13.5 de ancho y 2.3 de profundidad. Es de diseño completamente simétrico, de adelante a atrás y de lado a lado. Es un pórtico arqueado que en su parte superior consta de una fila de cuatro columnas corintias. Se usó mármol del Monte Pentélico para su construcción, pero de menor calidad que el usado en otros monumentos y edificos de la ciudad, utilizando solo abrazaderas para unir los sillares y nada de cemento. Frente a él pasa una gran avenida y muy transitada que hace casi imposible tomar una limpia fotografía. 
Vista lateral del Arco de Adriano

La Lintena de Diógenes
La Plaza de Lisícrates está en la calle Lisikratous. Si caminamos dejando atrás el Arco de Adriano, a unos 200 metros nos encontraremos con esta plaza que tiene en su centro, la Linterna de Diógenes. Está rodeada de bares y restaurantes de frondosa vegetación. El Bar Diógenes es un lindo lugar para recalar. Y allí fuimos.
Un poco de historia y mitos, Diógenes de Sinope fue un filósofo griego que perteneció a la escuela cínica. Nació en la colonia jonia de Sinope en el 412 a.C. y murió en Corinto en el 323 a.C. No hay ningún escrito de él, fue discípulo de Antístenes, el más antiguo pupilo de Sócrates. Diógenes va a Atenas para exiliarse. Vive como vagabundo, convirtiendo la pobreza extrema en una virtud. Los honores y las riquezas son falsos bienes que hay que despreciar. El sabio debe tender a liberarse de sus deseos y reducir al mínimo sus necesidades. Se dice que vivía en una tinaja y que en el día caminaba por las calles de Atenas con una lámpara encendida diciendo que "buscaba hombres" refiriéndose a la honestidad. Sus posesiones fueron un manto, un zurrón, un báculo y un cuenco, hasta ver que un chico bebía agua de sus manos y se desprendió de él.


La Biblioteca de Adriano

Situada al norte del Ágora Romana y construida en el siglo II d.C. Era un edificio de 122 metros x 28 metros, con un gran patio interior, donde habían salas de conferencias, biblioteca, teatro y un gran jardín con cisterna. La biblioteca era el hogar que acogería la gran cantidad de libros que tenía el emperador Adriano, aficionado arquitecto además. Recordemos que su mausoleo es el famoso Castillo Sant'Angelo en Roma y la Villa Adriana en Tívoli, encargada para ser su hogar de retiro, la residencia imperial de gran fastuosidad.  Con el trasiego de los siglos y continuas invasiones,  la destrucción de este ejemplar edificio era inevitable. Se sucedieron una serie de construcciones encima de ella, como una iglesia paleocristiana, una basílica de tres naves, una iglesia bizantina que escondieron por un tiempo largo los vestigios de la biblioteca. A raíz de un incendio, se hacen excavaciones y se fueron desabriendo partes de piedras y columnas de 8 metros de altura. Esto ocurre en el año 1885. En el pasado siglo se retoman las excavaciones y entre los años '60 y '70 se restauró la fachada oeste. Entorno a todo este gran predio de ruinas, excavaciones y restauraciones, está lleno de bares, tiendas, restaurantes, viviendas, comercios, y la plaza de Monastiraki, completa esa gran movida, que impacta, resultando impresionante. Los músicos callejeros, turistas y atenienses, componen una suerte de jolgorio, algarabía, mezclada con la amabilidad y simpatía de los griegos, que hacen que te sientas en familia y parte de ese escenario único que logra este circuito ateniense.
Restos del estanque central de la biblioteca de Adriano

Biblioteca de Adriano

Biblioteca de Adriano y al fondo la Acrópolis

Desde la Biblioteca de Adriano, a la Acrópolis de fondo

Biblioteca de Adriano

Biblioteca de Adriano

El Ágora Romana, a diferencia de la ateniense, tomó carácter residencial

Residencias entorno al Ágora Romana

Biblioteca de Adriano

El Erecteión de fondo

Bellos bares y restaurantes recorren varias cuadras por esta calle que nos dejará en Estoa de Átalo

Camino a Estoa de Átalo



Las vías del tren pasan pegado a Estoa de Átalo

Desde los jardines de Estoa de Átalo, un click para la roca sagrada, con el perfil del Templo de Atenea

Exquisitamente maravilloso todo lo que te rodea, estar abajo, en los jardines de Estoa de Átalo, viendo el Partenón

Esculturas en jardines de Estoa de Átalo

Estoa de Átalo 


Estoa o Pórtico, es un edificio magnífico, de doble columnata y en dos plantas, restaurado completamente en los '50, por 150 maestros albañiles, carpinteros y otros oficios, con material del viejo edificio, que se pudo rescatar, y mármol del Monte Pentélico. Tiene columnas de mármol y fachada de caliza, Este maravilloso pórtico albergó 42 tiendas, sirvió como centro comercial y lugar de reunión desde el siglo II a.C. Fue un obsequio del Rey Átalo II de Pérgamo, a la ciudad de Atenas, en agradecimiento a los conocimientos adquiridos en el área de la filosofía en ese lugar. Durante más de tres siglos fue el lugar comercial por excelencia del Ágora hasta su destrucción en el año 267 d.C. en manos de los hérulos. Les comento que los hérulos, destruyeron la mayor cantidad de edificios de Atenas durante su invasión. Tiene 115 metros de largo por 20 de ancho. 
Es muy agradable recorrerlo, maravillarte por sus dimensiones y vistas, todo un entorno de arte, templos sagrados e históricos.
En el área de jardines, hay esculturas, restos de mármoles, columnas, mucho para recorrer y fotografiar.
Dentro del edificio está el Museo del Ágora de Atenas con objetos de barro, vidrio y bronce, monedas y escultura con más de 4000 años. Para tele transportarse al pasado.
Hay una sensación que me frecuenta en estos momentos, mientras camino entre la fuerza del pasado, el recrear la vida de hombres de profuso conocimiento filosófico, de las ciencias, del arte político, al ver y tocar ruinas y edificios de elevados números en la línea del tiempo, algo que me cuesta explicar, pero quizás puedan entenderme si les digo que me invade un sentimiento oceánico, ser uno con el todo, según Freud. Me hace sentir que no soy de aquí ni de allá, que no estoy en el hoy o en el ayer. Es un gran placer que me provoca estar donde estoy en el tiempo que esté y sentirme en total concordancia y plenitud instalada en la eternidad, sin tiempo de agujas de reloj. Estas cosas me provoca viajar, sentir más de lo que siento. Descubrir que las barreras que nos ponemos son netamente físicas, del cerebro porque cuando el alma se abre y lo místico aparece, el estado es de sentirme completa e integrada.
Creo que con este cierre, le digo hasta pronto a Atenas, un lugar que los dioses inspiraron, a los grandes hombres de la civilización y a mí me dejó llena de admiración y felicidad. 

Detalles de la planta alta de Estoa de Átalo

Columnas


Fuga en el pasado de los recuerdos

Un edificio de dimensiones por demás generosas

Por qué no un blanco y negro para un solitario?

Hermoso paisaje que deja entrever esta suerte de ventana en Estoa de Átalo


Una escalera al cielo de los dioses...
Puntos de fuga con historia


Sí, tirada en el piso para registrar esta belleza de edificio

Casi estamos en la caída del sol, esperando que se haga y con mucho cansancio. Se disfruta de la brisa que recorre la planta baja del edificio.