Saludo de bienvenida

Soy Patricia Bertacchi, autora del diseño y los contenidos de este espacio. Aquí encontrarán un lugar donde refugiarse entre mis pasiones y sentimientos, que bien podrían ser los mismos de ustedes, tomando forma en poemas, cuentos, fotografías, opiniones y comentarios, artículos del Rincón Gastronómico de la Revista C&A Carnes y Alimentos, lecturas, crónicas de viajes y hasta alguna receta. Bienvenidos a mi hogar virtual!

miércoles, 18 de octubre de 2017

Crónicas Patricias: Santillana del Mar, Comunidad Autónoma de Cantabria, España





Al visitar la villa, con tan bonito nombre, suele que pienses que estarás viendo un balcón al mar quizás. Lo cierto es que se la apoda la villa de las tres mentiras, pues no es santa, ni llana ni tiene mar. El mar está un poquito más alejado de la villa, dentro del municipio. Se hizo más conocida cuando en  el siglo XIX fue descubierta la Cueva de Altamira con sus maravillosas pinturas rupestres policromadas, del Paleolítico Superior. La descubrió el naturalista Marcelino Sanz de Sautuola en 1879 y fue calificada como la Capilla Sixtina del arte rupestre con más de 14.000 años. Pero además, esta villa es mucho más que Altamira, su pasado de hidalgos, en la que aún se conservan señoriales casas con blasones en sus fachadas y que algunas las podrán ver en las fotografías que he tomado.   
Está en un valle rodeado de colinas y a solo 30 km de Santander. Muy bien conservado su carácter antiguo, y sus edificaciones y alrededores han sido declarados Monumento Nacional.  La vida de esta villa va unida a la del Monasterio de Santillana y posterior Colegiata, que ve decaer su poder en beneficio de la poderosa familia Mendoza, cuando el rey Juan II de Castilla (padre de Isabel la Católica) les reconoce los derechos sobre estas tierras. El primer Marqués de Santillana fue Don Íñigo López de Mendoza (1398-1458), celebrado poeta autor de las Serranillas y de los Proverbios. Las canciones de serranas españolas, hunden sus raíces en la antigua tradición de la lírica castellana. Eran cantares breves de caminantes esforzados, expresando el deseo de encontrarse con una bella joven que les ayudará a atravesar la sierra y quizás les entregara otros favores. En las serranillas de Mendoza, el narrador es un caballero que cuenta a otros  caballeros, de los favores amorosos que a veces consiguió y otras veces no, de una pastora en el camino de la sierra. 
Les comparto unas elegantes estrofas de la Serranilla VII


...En un verde prado

de rosas e flores
guardando el ganado
con otros pastores,
la vi tan graciosa,
que apenas creyera
que fuese vaquera 
de la Finojosa.

Non creo las rosas

de la primavera
sean tan femosas
nin de tal manera;
fablando sin glosa,
si antes supiera
de aquella vaquera
de la Finojosa...


Nuevamente su fama literaria se ve conmovida en 1715 con la publicación de la novela picaresca, Historia de Gil Blas de Santillana, célebre novela de Alain-René Lesage (1668-1747), que amplía en 1735 hasta cuatro volúmenes. Más tarde,  con el descubrimiento que hacen los románticos de la estructura medieval de la villa, escritores como Pérez Galdós, la Condesa de Pardo Bazán, don Miguel de Unamuno y otros poetas modernos, hacen pública y conocida la belleza de Santillana del Mar. 
Es una villa que se vincula a los más ilustres linajes de Castilla como los Velarde Ceballos, los Salazar, Barreda, Tagle, Calderón de la Barca, Peredo o los Estrada.

La Patrona es Santa Illana, de donde proviene su nombre y cuyos restos fueron trasladados en el siglo VI. 
Es un verdadero placer caminar por sus calles medievales, algunas amplias otras más estrechas, recorrer sus plazoletas,  los monumentos, la Colegiata, ver de telón de fondo el verde  vivo y fresco de los campos que la circundan,  experimentando una localidad prolija, limpia, evocadora, cuidada, de bellas y antiguas fachadas, algunas convertidas en hoteles, comercios o viviendas de familias. 
Santillana del Mar es otra de esas perlas españolas "escondidas" como Peratallada y Besalú, y quizás hoy más tenidas en cuenta por los turistas, que como yo, tienen afición a los pequeños pueblos y villas encantadoras, alejándonos de las grandes ciudades, donde el encanto del tiempo pasado, permanece casi intacto en los edificios y también en el ritmo de vida de sus gentes. 
Jean Paul Sartre, hace que uno de sus personajes de la novela La náusea, diga que Santillana del Mar "es el más bello pueblo de España", y anda ahí de cerca, pues España es como una diadema, con perlas, diamantes, esmeraldas, zafiros, rubíes, brillantes, y cada uno tenemos que descubrir en cada una de esas preciosas piedras, la belleza que encierran en su interior. 
Puedo darles algo de mi apreciación a través de los caminos recorridos dentro de España y que no han sido pocos, y aseguro que me ha sorprendido grandemente y gratamente, sobre todo en estos pequeños pueblos que tienen todo el hechizo y magia de lo medieval.

La época más brillante de Santillana del Mar abarca los siglos XI, XII, XIII y principios del XIV, siglo que presencia las luchas de los Mendoza.
En la Edad Contemporánea, esta villa se enorgullece de sus linajes hidalgos y ciertamente no se corresponden muchas veces con riquezas. Es por ello, que estos personajes ocuparon cargos administrativos y representaciones en organismos superiores, y otros, eran dueños de tierras que producían o arrendaban a campesinos.
La Cueva de Altamira le da empuje a Santillana, como también el turismo que comienza a ser importante, a raíz de una epidemia de cólera que ocurre en el País Vasco. Esto hizo que la aristocracia buscara recalar en la provincia de Santander y por ende en Santillana del Mar, que ya venía siendo mencionada por escritores e intelectuales.
Hoy en día es un lugar hermoso, con un entorno espectacular, de sierras verdosas, con ese aire místico medieval, por momentos triste y quimérico, donde hay mucha arquitectura para apreciar, historias por escuchar,  callecitas empedradas silenciosas y tranquilas por recorrer, ideal para pasar unos días que te dan calma, quietud y esa mansedumbre típica de estos sitios que te dejan el velocímetro natural en cero.  Muchos restaurantes, mesones y bares para detenerte a degustar la merienda típica del lugar, un vaso de leche y bizcocho o sobao, o bien, almorzar un tremendo cocido montañés que quedarás con la energía de un tigre.
Personalmente disfruto grandemente de estas centenarias localidades que rezuman vida propia en la historia que nos cuentan, aunque estuvieran vacías de personas. Cada piedra tiene algo para mostrarnos, para decirnos, para ser fotografiado y admirado. Tengo especial pasión por estas villas, que por suerte no son pocas en España e Italia, lugares donde he intentado conocer con mayor detenimiento.
La caminata nocturna en estos pueblos, son algo único y seductor y que tienen que experimentar. Las sombras y luces de la noche, son completamente diferentes a las que nos regala la luz del sol.
Deseo puedas en algún momento elegirla como un destino en tus viajes, pasar un par de noches te dejará muy satisfecho.
Deja tu comentario si así lo deseas para compartir con los lectores del blog.
Hasta la vista baby!!


Otro monumento histórico es el Convento de San Ildefonso
regentado por las Hermanas Clarisas

Vivienda en Santillana del Mar


Un farol de Santillana del Mr


Hermanas Clarisas


Entrando al casco histórico de Santillana del Mar
Hermosa construcción de piedra


El empedrado nos acompaña toda la visita y recorrido


Calles de rústicos y prolijos empedrados


Restaurante 


Puerta de vivienda santillana


Casona de los Bustamante


Bella enredadera trepada al muro de una vieja casa






Callecitas de Santilla del Mar


Calle del Río 


Calle del Cantón que nos lleva a la Colegiata de Santa Juliana, Casa de los Hombrones,
Casa de la archiduquesa de Austria


Callecita


Vivienda sobre Calle del Cantón


Calle Cantón zona comercial





Comercios de artesanías en Santillana del Mar


Calle Cantón 

Casa Ansorena
Especialidades del lugar






Bar Terraza El Jardín del Marqués
Calle Cantón 13, Santillana del Mar


Comercios en la preciosa calle del Racial
La Sidrería - Bar de tapas y tragos


Escudo en la Casa de los Hombrones
que alrededor se lee la inscripción "Un buen morir es onra de la vida"


Una vertiente de agua 


Casas de artesanías cantábricas


Lavadero y abrevadero público en calle Río de Santillana del Mar
Eran lugares donde las mujeres llevaban la ropa y otros utensilios para lavar
pero además cumplían una función social, allí se conversaba de los acontecimientos
que ocurrían en la villa 


En estos lavaderos nacieron dichos como "lavar los trapos sucios" en relación a criticar a otros o "hay ropa tendida" señalando la imposibilidad de hablar delante de alguien
en particulara o de un niño.
El agua provenía de alguna vertiente, agua de río, canaleta o acequia


Un lugar espectacular donde disfrutas de ver todos los productos que hay para el deleite
gastronómico


Comercio de hermosas cerámicas en todo tipo de productos


Junto al lavadero y abrevadero público 


Pasaje 


Casa de la Archiduquesa de Austria - Actualmente Museo del Barquillero
Construida a finales del XVII o principios del XVIII, de estilo renacentista y barroco,
perteneció originariamente a los abades de la Colegiata.
Fue residencia de Margarita de Austria y Borbón.
Destacan las verjas de la planta baja y los escudos de la planta alta.


La Colegiata
La Colegiata de Santillana del Mar es el monumento más importante de la vida de esta localidad. Anteriormente fue monasterio dedicado a Santa Juliana. Los restos de la santa, señala la tradición, que llegaron en el siglo VI pero no hay documentos que avalen esta fecha como el traslado real de las reliquias de la santa mártir. 
La construcción actual es del siglo XII. Fue construido al ser derribado el anterior. Es el primer y más importante exponente del arte románico en Cantabria. En torno a ella se fue desarrollando una población que gozó de momentos de auge y esplendor económico. La iglesia consta de tres naves y el acceso se hace a través de un atrio de grandes dimensiones donde estuvo situado el cementerio. En el centro del frontón del portal de la iglesia, aparece una figura con la imagen de Santa Juliana. Hay un hermoso torreón románico e igualmente de hermosas son las 
En esta visita no se permiten tomar fotografías del templo, sí del Claustro y su patio.
Campanario de la Colegiata


La Colegiata - Torre campanario

La Colegiata


Cruces talladas en los muros de la Colegiata y detrás 
los jardines del Museo Jesús Otero,  el artista local más afamado de Santillana del Mar

Camino al Claustro de la Colegiata


Una puerta pequeña


Torre del Merino y llamada popularmente la Torrona.
El monumento más representativo de Santillana del Mar después de la Colegiata.
Fue construida en el Siglo XIV, añadiéndose una amplia vivienda en el XVIII.
Es de planta cuadrada y mampostería con sillares en las esquinas. Tiene saeteras que
eran para lanzar flechas y bellos ventanales.
En la actualidad es el Museo de Arte Contemporáneo.


Galería del Claustro con bellísimos capiteles


Hermosísima galería del Claustro


El Claustro

Enredadera en Claustro

Artísticos capiteles del Claustro


Claustro y patio de la Colegiata
Silencioso y por momentos te siente rodeado de inexistentes hidalgos que habitaron esta villa y que en sus sombrías galerías te sorprende un frío y humedad inusual.
El pasado tratando de traspasar al presente.
 






Calle del Racial


Calle del Racial



Calle de salida del la Colegiata y Claustro


Hermosa vista de las sierras verdes


Comercio de Santillana del Mar


Farol de alumbrado público en pared de una vieja casona


Hoel Altamira


Callecita de Santillana del Mar


Plaza Ramón y Pelayo o del Ayuntamiento
de forma triangular


 Fachada del Ayuntamiento


Torre de Don Borja-Bracho, fortificada y de estilo gótico, del siglo XV


A la derecha la Casa del Águila y de la Parra sobre la Calle de Juan Infante


Terraza del restaurante El Castillo en la Plaza Mayor o Plaza Ramón Pelayo
Hermoso entorno de casas señoriales y medievales


Restaurante El Castillo, para detenerte a tomar el típico vaso de leche y el bizcocho


Restaurante El Castillo - En la barra mientras hicimos nuestro descanso, los señores lugareños se sentaron a la barra para tomar su vaso de leche con bizcocho.
Una costumbre de estas tierras


Restaurante El Castillo
Tomando un café, un té y un bizcocho español
Tranquilo y fresco en el interior, ideal para el descanso mirando la Plaza Mayor


Hermosa edificación con particular aspecto florido en la Plaza Mayor


Camino a la Plaza Mayor y farol santillano


Parador de Gil Blas - Hotel **** sobre Plaza Ramón Pelayo
Antigua mansión señorial  que perteneció a los Barreda-Bracho y ostenta en su frente
un bello escudo de armas. La fachada es de magnífica sillería, artísticos ventanales y elegantes balcones. El frontispicio está protegido por aleros


Casa del Águila o de los Estrada sobre la calle de Juan Infante
Escudo de Armas de Estrada y Tagle
La nobleza de los propietarios de la casa, se desnuda en la arquitectura barroca nobiliaria con elementos como la piedra de sillería, soportales con arcos, balcones, escudos de armas o blasones familiares.


Un balcón y ventana del Parador de Gil Blas situado en la calle de Juan Infante.
Antiguo edificio perteneciente a los Barreda-Bracho
Toma el nombre del protagonista de la novela de Lesage titulada
Historias de Gil Blas de Santillana


Farol sobre pared de una vivienda de preciosos balcones floridos en Santillana del Mar


Ventana de una vivienda de Santillana del Mar


Farol en la villa de Santillana del Mar


Uno de los balcones de púlpito de la Casona de los Villa en Calle Santo Domingo


Hotel Santillana en calle Santo Domingo


Restaurante


Balcones de púlpito de la Casona de los Villa en calle Santo Domingo
Agregar leyenda

Venta directa de repostería elaborada por las Hermanas Clarisas

Les comparto un lindo vídeo para apreciar una recorrida por Santilla del Mar
una joya de la Cantabria