Soy Patricia Bertacchi, autora del diseño y los contenidos de este espacio. Aquí encontrarán un lugar donde refugiarse entre mis pasiones y sentimientos, que bien podrían ser los mismos de ustedes, tomando forma en poemas, cuentos, fotografías, opiniones y comentarios, artículos del Rincón Gastronómico de la Revista C&A Carnes y Alimentos, lecturas, crónicas de viajes y hasta alguna receta. Bienvenidos a mi hogar virtual!
En la cubierta del hidrofoil rumbo a Santorini. Ventoso, refrescante, bello azul intenso del mar Egeo y llena de expectativas con lo que está por venir.
Santorini forma parte de una gran caldera volcánica y la mayor parte se encuentra sumergida. Lo visible es lo que está por encima del nivel del mar, un conjunto de islas, varias deshabitadas y la principal es Santorini con 75.8 km2 y un poco más de 13.000 habitantes, conformando un pequeño archipiélago. La llegada al puerto de Santorini, Athinios, luego de haber tenido una preciosa navegación por el mar Egeo, resultó caótica y agobiante a primera vista. Salimos en horas tempranas de la mañana del puerto de Mykonos. En la cubierta del hidrofoil, a pesar de ser un día caluroso, resultaba refrescante a medida que avanzábamos por la ruta marítima. Soplaba algo de viento. Tomé unas fotos de una isla que no sé cuál era, me encantó el paisaje marítimo con las embarcaciones cerca de la isla.
Al llegar a Athinios, me sorprendió un pequeño puerto, con una plataforma de desembarque, al que llegan todos los ferry e hidrofoil desde Atenas y todas las islas cercanas como Mykonos, Paros, Naxos, Milos, Creta y otras. Se suman algunas lanchas que traen a los pasajeros de los cruceros. Queda a los pies del acantilado que es Santorini. Impresiona la altura y lo abrupto del paisaje cuando alzas la mirada.
Se repite aquí la experiencia vivida en los puertos de Atenas y Mykonos, al descender de nuestra embarcación. Ascender y descender a las corridas, con las maletas a rastras, ubicando uno mismo el equipaje en algún lugar de las bodegas al embarcar y levantándolas de las bodegas al llegar a puerto. Te lanzas por las rampas para que no te dejen arriba o abajo, pues el ferry zarpa en diez escasos minutos y el personal del ferry nos "arreaba". Es increíble como tomas el ritmo y vives ese stress casi con diversión y risas. Es gracioso verse en esa actitud. Es como interpretar una comedia de enredos o sentirte como una hormiga loca.
En Athinios desborda de turistas. Unos pegados al lado de otros, con maletas, equipajes de mano, mochilas, cámaras, sombreros, al rayo del sol, apretados, transpirados, sedientos, todos esperando para subir al shuttle asignado para que nos lleve al hotel, pero algo nos sucede a todos, estamos impactados con lo que estamos viendo.
Los micros, ¡oh sorpresa! están pegados uno al lado del otro. Debido a esto, si no comienzan a moverse, quedan atascados, esperando hasta que terminen de subir a los pasajeros.
Breve registro de lo que filmé mientras reía viendo aquella locura
Causa un poco de ansiedad por llegar al hotel. Lo que no sospechas, es el camino empinado y serpenteante que te espera para llegar a la cima de estos abruptos acantilados, con una altura de 300 metros. Mientras escribo, lo revivo y me da mucha gracia al recordarlo, sinceramente parece "el peor día de mi vida", pero les digo la verdad, viajo con tanto entusiasmo y alegría, que todo esto lo supero en la ambición de conocer, pasear, fotografiar y tener nuevas experiencias y aventuras. Sé que mi recompensa siempre es mayor y el camino para llegar a ella, aún teniendo obstáculos, es de gran aprendizaje. Y eso es lo que vuelco en estas páginas, que me devuelven cuando quiera leerlas, mis aventuras por el mundo.
Isla en la ruta rumbo a Santorni
El tráfico marítimo en las aguas del Egeo es muy importante y constante
Embarcaciones de diferentes formas, eslora, manga, puntal, calado, yates, veleros, catamaranes, ferry, hidrofoil, cruceros, lanchas, lo que quieran ver, está en el Egeo.
Hotel Volcano View
Creo firmemente que vale la pena elegir hoteles de alta categoría, para tener una estadía sumamente disfrutable, gozada y memorable, y que esté dentro de las posibilidades del viajero. Programo mis viajes durante ocho o seis meses antes. Un viaje se puede hacer de mil formas, yo apunto a que el hotel sea muy bueno. Cuando salgo, busco estar igual o mejor que en mi casa. Al hotel no voy solo a dormir, lo vivo intensamente, lo disfruto intensamente. El hotel forma parte del viaje, y para mí es muy importante, tanto como los lugares que visitaré por su historia, geografía, encanto, cultura, etc. De la misma forma, le doy importancia a los lugares donde voy a hacer mi restauración. Y un buen hotel, tiene un buen restaurante al menos, donde en la noche puedes quedarte tranquilo, haciendo una cena pausada y disfrutar de la actividad nocturna del hotel. Viajar es una experiencia global, encierra muchos ingredientes a tener en cuenta, como dinero y tiempo del que se dispone, los medios de traslado, vía aérea, terrestres, acuática, alquiler de vehículo, contratar chofer y guía, solicitar un paquete ya armado, armarlo a tu antojo, cantidad de días en cada lugar de acuerdo a tu ritmo, coordinado a través de una agencia de viajes, con operadores y mayoristas del país que visitas, o armado por uno mismo, son una serie de elementos a tener en cuenta. Se va adquiriendo conocimiento a medida que haces experiencia y también te puedes ayudar de la experiencia de otros viajeros. No aplica todo de igual forma para diferentes países, lenguas, culturas, territorios, sistemas políticos, etc. Cada lugar que se visita merece que le dediques tiempo o lo dejes en manos de los que son profesionales del turismo. A los que vivimos por estas latitudes, no nos resulta muy fácil llegar a otros continentes como el europeo, tenemos distancias importantes, entonces, hay que organizarse de forma tal, para que nuestra experiencia sea rica en el tiempo y dinero que cada uno le pueda dedicar.
El Volcano View Hotel es muy agradable, está en una zona que queda todo muy a mano, con zona comercial y debido a los traslados del shuttle del hotel, se hace muy cómodo llegar a Fira, la capital de Santorini que es tremendamente pintoresca, ideal para pasear en la oportunidad que desees.
Las habitaciones son amplias, cómodas, minimalistas, todas tienen terrazas privadas, y caen en cascada por el acantilado que mira a la caldera. Mi habitación era la última de esa maravillosa cascada blanca, parecía estar en el vacío. Tanto es así que esa noche tuve una pesadilla, soñando que mi habitación se resbalaba por el acantilado. Uf, qué momento!! Al despertar encontré un lugar maravilloso. Una tarde, volviendo de la piscina, apareció todo el cansancio después de una baño de inmersión. No tenía ánimo de subir al restaurante para la cena. Pedí servicio a la habitación y me dispuse a disfrutar la puesta de sol en la terraza, con cámara en mano. Fue una noche hermosa, apacible y de despedida. Todo estaba para disfrutarse en aquel lugar. Desde cualquier punto de este hotel, podía contemplarse la caída del sol, sus amarillos, naranjas, ocres, rosas y añil. Un lugar privilegiado como muchos. El hotel en sí, tiene mucha fotografía para dar, no solo de vistas y paisajes, sino de arquitectura también.
El restaurante tiene muy buena cocina, con mesas en la terraza, en la parte más alta del hotel y vistas maravillosas. También hay livings en las terrazas para reunirse o puedes cenar en el restaurante cerrado si refresca. El desayuno se sirve en las mismas áreas y es muy completo. Hay varias piscinas en diferentes niveles del hotel, se pueden usar todas y la piscina principal tiene bar hasta la tardecita. Pasé momentos maravillosos, distendida al sol en la tarde, hasta casi el ocaso.
Un plus son los tratamientos corporales, masajes profundos para desestresarse, rejuvenecedores, con piedras calientes, reflexología, exfoliantes, hidratantes, con barro, todos son mimos para el cuerpo y el alma también. Imagínate bajo la pérgola donde está el spa, con vista al Egeo y su tráfico, y estrujándote los músculos. ¡Me quiero volver!
Acantilados en los que se asienta el hotel en forma de cascada
Es la terraza privada de mi habitación, en la última línea de construcción. Si se observa, hay escaleras proyectadas. Quizás siga creciendo y hacia abajo el acantilado
Vista de la caldera y acantilados desde mi terraza
Mirando hacia el lado del hotel que tiene el puerto a los pies del acantilado.
Esta vista está a mis pies, bajo mi terraza. Vacío, por eso mi pesadilla.
Una de mis áreas favoritas, bellísimas vistas del mar Egeo, la caldera, piscina, sombrillas y sol
Bajo la sombra de esa pérgola y con la brisa del mar Egeo, las manos expertas lograrán relajar tus músculos y pensamientos. No dejes de hacerte un masaje.
Vista relajante del entorno maravilloso de Santorini
Terraza restaurante y bar a toda hora. El desayuno también se puede hacer aquí.
Vista a la isla Nea Kameni y Palea Kameni
Abajo, en una especie de bahía, se ve el puerto a los pies del acantilado
Vista panorámica de la zona de bar y otra piscina.
Vista de la terraza del bar desde otro ángulo
Algunas terrazas de habitaciones y el sol inundando el mar Egeo
Mi primer ocaso en Santorini, está a punto de suceder. Observando desde una de las piscinas
En la espera del ocaso
Otra piscina que está en la parte alta del hotel, en línea con la terraza
Un área más de relax y observación. Desde cualquier lugar se admira el paisaje marítimo. Al fondo se ve el volcán de Nea Kamari. Se puede hacer una excursión a la caldera y recorrerlo.
Lo que tiene Santorini es una gran belleza, natural y de la mano del hombre, te enamoras fácilmente de esta isla, de sus accidentes geográficos, escarpados acantilados, sus pendientes, cuestas y declives (recomiendo andar con calzado adecuado para no resbalar), el volcán, las puestas de sol, el mar Egeo con su intenso color azul y sus costas turquesa, las construcciones encaladas, iglesias católicas y ortodoxas, variedad de playas exóticas, algunas de acceso dificultoso, la movida en los diferentes poblados de la isla y la capital, Fira o Thira, es preciosa.
Es una ciudad encantadora, con casas que se edifican en cascada en el filo del acantilado, es alegre, muy soleada, con mucho ajetreo de turistas y locales que se lanzan desde tempranas horas a disfrutar de la vida de la ciudad. Callejuelas empedradas, estrechas, apretadas de comercios a ambos lados de las aceras que casi no existen, con bares, restaurantes, cafés, pubs, ofreciendo todo tipo de productos locales y una variada y deliciosa gastronomía. No recuerdo haber caminado por alguna calle horizontal, llana, viene a mi memoria sentirme agitada en el ascenso, olía a burro y en la bajada me resbalaba, aún con calzado adecuado, deteniéndome a mirar las vistas memorables de este lugar sin par. El empedrado es de canto rodado y piedras irregulares, está pulido de tanto trasiego, es de anchos escalones. Esta ciudad está a 260 metros sobre el nivel del mar y mira al Egeo.
Las familias pudientes fueron las primeras en asentarse en los acantilados, excavando la roca volcánica. Las puertas de todas las casas son encantadoras, hasta las más sencillas, y muchas nos regalan una vista del mar y el atardecer. Fira está en la parte oeste de la isla, es un bello lugar para esperar el ocaso del día en la terraza de uno de los tantos lugares de restauración que hay o ir a la clásica foto de la cúpula azul y las tres campanas.
Las mulas acompañan el camino, se pueden ver ascendiendo por el zigzagueante camino de seiscientos escalones, trasladando a los turistas que lo deseen. Hay otro medio de traslado que es el teleférico desde el puerto pequeño a la cima de Fira.
Bares en Fira
Callejuelas con comercios a ambos lados en Fira
Comercios de todo tipo en Fira
Vidrieras y comercios
Vista panorámica de Fira
Elegantes comercios en Fira y observen los escalones numerados
Las terrazas de restaurantes en Fira
Comercios a la calle
Las puertas de Fira mirando al mar
Callejuelas con comercios en Fira
Las callecitas con comercios en Fira
Todo lleva al mar
Fira al filo del acantilado
Terminando la jornada, las mulas hacen su último ascenso del día
Las mulas se van a descansar
Una vista que me encantó de Fira y su geografía
Fira, capital de Santorini con sus casas encaladas y en cascadas
El teleférico desde el viejo Puerto de Thira
Acantilados, Fira y Santorini en forma de media luna.
Coloridas construcciones
Puerta de una casa en Fira obsequiando una vista para captar
Precioso templo con colores pastel. The Catholic Church of Stylianos
Puerta de casa en Fira
Subiendo la cuesta y The Catholic Church of Stylianos de Paphlagonia al filo del acantilado. Seguro que la FE de este santo venerado por los católicos ortodoxos, la sostiene, como él sanaba con sus oraciones la salud de los niños. También lo hizo con las mujeres que no podían embarazarse. Se despoja de sus bienes dándolo a los pobre, se hace monje y luego ermitaño. Su vida fue un ejemplo de fervorosa devoción y ascetismo.
Puerta de casa en Fira
Vista de los acantilados. Se puede ver la forma de media luna de Santorini
Comercio en el trayecto de subida por Fira
Puerta de casa en Fira
Teleférico desde el viejo Puerto de Thira a la Capital Fira
La encantadora capital de Santorini, Fira, con su casas encaladas, se edifican en forma de cascada en el filo del acantilado para admirar la puesta del sol. Es maravillosa.
Encantadora puerta de una casa de Fira
Bares con terrazas para admirar el mar y la puesta del sol
Puerta de una casa en Fira
Una vista general de la parte alta de Fira
Puerta de casa en Fira
Encantadora taberna con hermosa decoración exterior
Entrada a una terraza de restaurante en la parte alta de Fira
Tabernas
La clásica fotografía del atardecer que todos queremos hacer cuando llegamos a Fira. Un ocaso brumoso en el mar no regaló los colores más bellos pero la postal está. Iglesia Ortodoxa Griega - Las Tres Campanas
Preciosos comercios
Decorados de los comercios
Un contraluz espinoso en Fira
Decoración de una ventana de una taberna
Puerta de una casa en Fira
Escalinatas para hacer el ascenso y descenso en Fira
Santorini, otro lugar encantador griego
Este vídeo me encantó porque las vistas son aéreas y muestra claramente como es la isla,
sus características y construcciones.
Kamari Beach
Kamari Beach es una de la playas relevantes de Santorini. Muy peculiar por sus arenas negras y volcánicas. Cuando caminas por ellas te hundes entre arena y piedritas. Tiene bares y música, sombrillas y tumbonas, la encontré muy prolija. Te sorprende ver esa negrura en los pies. Es una playa extensa, de unos cinco kilómetros, con áreas más solitarias como para hacer nudismo.
Entrada a Kamari Beach
Sombrillas de fibras naturales
Es una playa extensa y el color de sus arenas son negras
Un primer plano de las piedras y arena volcánica negra de Kamari Beach
Kamari Beach
Vista general de Kamari Beach
Vista general de Kamari Beach
Haciendo camino
Vista general de la caldera y archipiélago de Santorini con sus caminos zigzagueantes
Vista del Egeo y la caldera
Siempre hay un turista chino al que tienes que esperar con temple a que satisfaga su alma de fotógrafo y diva
Una ventana al mar. Es muy común encontrar aberturas mirando al mar.
La Playa Roja
Nos trasladamos al sur de la isla, rumbo a la playa de arenas rojas o Red Beach, cercana a la aldea y al yacimiento arqueológico de Akrotiri. Es una playa muy pequeña, de arena y canto rodado. Se puede llegar por medio de lanchas o en vehículo a un aparcamiento cercano a la Iglesia Ortodoxa de San Nicolás. Hay que caminar unos 500 metros por terreno rocoso, con piedras sueltas, y descender a la playa. Puedes optar por quedarte en la altura a contemplarla como hace mucha gente, ya que con el calor y las cuestas, se hace un poco pesado. Imaginen si tuviéramos que ir con las reposeras, sombrillas, heladera, niños, baldes y palitas, y te olvidas el bronceador arriba, creo que preferiría volver nadando. Es una playa que tiene mucho atractivo por ese entorno magnífico de imponentes rocas volcánicas negras y rojas, que se sumergen en el mar. El agua tiene una gran transparencia y entrega una gama de bellísimos colores que van del azul intenso al turquesa, verde turquesa mezclado con el intenso color rojo y negro de los cantos rodados. Es un lugar muy propicio para hacer snorkel, para navegar, para la fotografía y para contemplar. Un día de trajín y mucho calor. PD: Un día de despedida, de última noche en tierras griegas mirando al mar. Una noche de cierre de aventura, deja un poquitín de nostalgia. Un broche de oro para este pasaje por tierras helénicas. Un adiós a Santorini y, a Dios, gracias por todo lo que me obsequia y mi capacidad para disfrutar.
Vista de la Red Beach
Turistas en a cuesta de acceso a la playa
Las rocas tienen formas caprichosas
Vista con más zoom para ver los caprichos de las rocas
Es paradisíaca
Así se vive en esta parte del país griego, siempre rodeado de bellezas naturales
Red Beach
Interpretando las formas rocosas
Las personas se veían muy minúsculas
Red Beach
Música propia del lugar interpretada por músico que estaba sentado bajo una sombrilla
Otro lugar en el que me quiero fotografiar para el recuerdo. Santorini seduce con todos los recursos y me dejé seducir. Tiene todo lo que me gusta encontrar en mis aventuras.