Fotografía: Patricia Bertacchi |
UNA BRISA DE LIMONES
sentenció el silencio
lleno de caricias que antes volaron.
Impresas en su cuerpo de agua turquesa
las huellas se borraron
en tanto el tiempo le encogía.
zalamerías que se creía
de su embelesado quijote.
Entre espejos lapidados
llegaron sombras de cenizas
que aderezaron su rizado cabello.
llegaron sombras de cenizas
que aderezaron su rizado cabello.
El cansancio de los bosques
de vivir erguidos y envarados
desmayaron en su apropiado follaje.
de vivir erguidos y envarados
desmayaron en su apropiado follaje.
Se aturdieron las malezas
se enredaron las arañas
y las aves enfermaron de afonía.
se enredaron las arañas
y las aves enfermaron de afonía.
Una noche muy barata
entre copas y mendigos
hubo llantos, hubo risas
entre copas y mendigos
hubo llantos, hubo risas
y entre sueños apenados
soltó en vuelo peregrino
todo amor que le tenía
soltó en vuelo peregrino
todo amor que le tenía
era el alma y el aliento
en esa noche se alejaban
para siempre y para nunca
antes muerta que olvidada.
en esa noche se alejaban
para siempre y para nunca
antes muerta que olvidada.
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