Italia - Verona
Verona es la
ciudad de Romeo y Julieta. Con ese argumento y el relato de William Shakespeare en mi corazón, llevando frescas en mi mochila de recuerdos adolescentes
las imágenes llevadas al cine por Franco Zeffirelli, interpretada por dos
jóvenes desconocidos de 17 y 15 años, Leonard Whiting y Olivia Hussey, The
teen-age lovers of Verona, sumado a la versión de Shakespeare in love
interpretada por dos excelentes actores, Joseph Fiennes y Gwyneth Paltrow,
arribé a este lugar. No se imaginan lo que lloré con la versión de Zeffirelli,
no tenía más de 15 años de edad. La obra de Shakespeare, entre comedia y
tragedia, me hizo ver de modo más trágico el amor y hasta sentir que en algún
punto, amar, no es ni sencillo ni simple. Había leído siendo adolescente acerca
de esta historia, que no se puede precisar si fue verídica, si esa
casa de Verona fue de los Capuleto o no, o sí los amantes existieron. Dejando la
historia comprobable y conjeturas de lado, ingresé a la ciudad de Verona
imbuida de pasión por la historia de amor adolescente. Hubiera corrido
hasta la casa de Julieta si no fuera por el tumulto de turistas y la hermosa peatonal que debimos atravesar, con las
marcas de ropa más caras y reconocidas del mundo. Me sorprendió una ciudad limpia,
elegante y cuidada, que mantiene sus edificaciones del pasado en un presente
refinado, donde se destacan los cristales y metales (bronce y acero) de forma
tal, que impacta de muy buena manera. Me conmovió Verona, no solo por el entorno
romántico de la historia de los enamorados sino por su belleza. En la fachada de la
casa de Julieta, encima de la puerta hay una leyenda escrita que dice "Queste furono le case dei Capuleti d'onde usci la
Giulietta per cui tanto piansero i cuori gentili e i poeti
cantarono", dice algo así, "éstas eran las casas de los Capuleto, de
donde surgió Giulietta por lo que tanto lloraron los corazones amables y los poetas cantaron". Al salir de la casa, hay una especie de entrada con ambas paredes graffiteadas por los enamorados que la visitan, dejando leyendas, corazones y nombres. La casa quedó registrada en las fotos que tomé, desde todos los ángulos posibles, inclusive desde un edificio vecino que tiene dos ventanas que miran hacia el famoso balcón y todo lo que rodea la casa. Hay un local de souvenirs que borda todo tipo de artículos como delantales de cocina, gorros, agarraderas, toallas, ropa de bebé, etc., para llevarte un recuerdo de Verona y de la casa de Julieta, donde nació la historia de amor de dos jóvenes que desafiaron todo por amor.
Impactada también quedé con otras construcciones que se fueron sumando a nuestra visita, la Torre de Lamberti, es una antigua construcción medieval, civil, con dos campanas, Marangona que avisa de los incendios y las horas del día y Rengo que se usaba para llamar a los pobladores a las armas o al consejo de la ciudad. Junto a la torre está la Piazza delle Erbe que es la más antigua de la ciudad y donde se asentaba el foro romano, centro de la vida política y económica de Verona. Caminando un poco más nos encontramos con la Iglesia de Santa Anastasia, es un templo de estilo gótico, construido por el 1290 pero que nunca se terminó. Hay hermosas columnas de mármol blanco y rojo. Es de una belleza particular. Me encantó. A la izquierda del templo se construyó el sarcófago de Guglielmo da Castelbarco por haber sido una de las familias más generosas en la construcción de la iglesia.
La Arena de Verona es la primera construcción grande que se ve al entrar a la cittadella. Es un anfiteatro con una capacidad para 30.000 personas y fue construido en el año 30 de nuestra era. En él se realizaban espectáculos y juegos y es de una excepcional acústica. Cuando lo visitamos, se preparaba para recibir a Eros Ramazzotti esa misma noche. Les dejo un vínculo para que puedan ver algo de su actuación.
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