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Soy Patricia Bertacchi, autora del diseño y los contenidos de este espacio. Aquí encontrarán un lugar donde refugiarse entre mis pasiones y sentimientos, que bien podrían ser los mismos de ustedes, tomando forma en poemas, cuentos, fotografías, opiniones y comentarios, artículos del Rincón Gastronómico de la Revista C&A Carnes y Alimentos, lecturas, crónicas de viajes y hasta alguna receta. Bienvenidos a mi hogar virtual!

viernes, 16 de septiembre de 2016

Crónicas Patricias: Segovia, una Toscana española Parte I El Acueducto, Plaza Mayor, Calle Real


Día 2

Desde el Aeropuerto de Barajas de Madrid, salimos rumbo a Segovia, ciudad que se sitúa en la parte meridional de la comunidad autónoma de Castilla y León, y capital de la provincia del mismo nombre. Se encuentra en la confluencia de los ríos Eresma y Clamores, al pie de la sierra de Guadarramaa 100 km de la capital española. 
Cuando avanzábamos en la ruta, me pareció estar en algún rincón de la Toscana, no por los colores que presenta en este final del verano europeo, pero sí por su relieve, de cumbres y escarpado, sumándose la arquitectura medieval. Resaltan en esta época, el color rojizo de la tierra, las laderas doradas, salpicadas de algunos árboles y arbustos verde profundo, construcciones antiguas de piedra donde se mezclan diferentes culturas y religiones, musulmana, árabe, judía, cristiana, céltiberica, romana y otras. 

Está a 1005 metros de altura y su geografía quebrada, exige un buen trabajo de piernas al caminar por sus callejuelas adoquinadas, empinadas y en bajadas, escaleras de piedra, llenas del encanto de épocas medievales, con obras de ingeniería y arquitectónicas, que los romanos dejaron como un gran legado a la humanidad. 

Vista de Segovia
Vista torre campanario
Vista de Segovia

Un balcón segoviano

Roma sometió a las tribus y levantó para la eternidad, la mayor obra que dejó su imperio en la península ibérica, el Acueducto y de la mano de la gran Roma, Segovia, esta hermosa ciudad castellana entra en la historia. Se conserva en forma completa,  el agua venía de Ríofrío a unos 16 kilómetros por un canal subterráneo realizada en piedra berroqueña (granítica, de carácter áspero y duro) y los sillares (cada una de las piedras) están ensamblados sin trabas ni argamasa. Consta de 158 arcos y 818 metros de largo.
Escribe la historia que, el rey moro Al Mamúm quiso destruirlo y solo lograron derribar 36 arcos, abandonando el intento. Alfonso VI empleo algunas de sus piedras para construir las murallas segovianas y los Reyes Católicos fueron los que lo reconstruyeron. 
El Acueducto de Segovia, merece una espacio especial, es una de las maravillas de la ingeniería romana en el mundo y data del siglo I d.c.. Fue construido en época del emperador romano Trajano pero hay dudas sino fue en el de Domiciano o Nerva. 
El Acueducto tiene en su origen una leyenda, cuenta que el Diablo enamorado de una joven que iba todos los días por agua a la fuente, le ofreció construirlo en una sola noche a cambio de su alma: Gracias a la intercesión de la Virgen, el amanecer se adelantó sin haber colocado la última piedra. La joven se salvó y se libró de ir a la fuente.
Roma obsequió a Segovia una réplica de La loba del Capitolio amamantando a Rómulo y Remo a cambio de una de las piedras del Acueducto. 



El colosal Acueducto

Acueducto y escalinatas para ascender al mirador del Postigo

El Acueducto romano de Segovia

Vista desde el mirador del Postigo
Vista desde las escalinatas de ascenso al mirador del Postigo

Vista desde las escalinatas de ascenso al mirador del Postigo 

Vista desde el mirador del Postigo

Plaza del Azoguejo

Vista interior desde el mirador del Postigo, bajando hacia Plaza del Azoguejo

La parte más visible y famosa, es la arquería que cruza la Plaza de Azoguejo, puerta de entrada a la ciudad y en la antigüedad lugar de comercio y reunión de los segovianos y también de otros habitantes de pueblos cercanos. 
La calle Real o designada también como Juan Bravo, va desde esta plaza a la Plaza Mayor. En esta calle están los comercios, edificios históricos, palacios, iglesias y así se abre como un gran abanico esta ciudad donde desborda el arte y la historia. 
Para los viajeros exigentes, que nos gusta disfrutar de todo esto, como además de la gastronomía, de los paseos que le exigen a nuestro cuerpo grandes caminatas, momentos de descanso y reláx, disfrutar de los buenos hoteles, les doy mi impresión de que dos días completos nos quedaron cortos. Le agregaría uno más. Es indudable que a Segovia voy a volver. 
Plaza del Azoguejo
Vista desde el Acueducto
Vista desde el Postigo
Acueducto romano

Plaza del Azoguejo

Acueducto, el regalo que le hicieron los romanos a Segovia, España
Plaza Mayor y la Catedral 

Plaza Mayor

Plaza Mayor y la Catedral de Segovia
Reloj de la Plaza Mayor

Catedral de Segovia de noche, construida por los arquitectos de la familia Gil de Hontañón

Pináculos del la Catedral de Segovia en la noche
Vista nocturna de los pináculos de la Catedral de Segovia

Restaurante el Mesón de José María, dentro es enorme, varios salones para recibir a los comensales

Vista nocturna sobe la calle Juan Bravo o Calle Real
Vista nocturna sobe la calle Juan Bravo o Calle Real

Vista nocturna de Plaza de San Martín y Fuente de las Sirenas

Iglesia de San Martín
Callejuela en la noche segoviana

Vista nocturna sobre la Calle Real de la Iglesia de San Martín

Monumento al comunero Juan Bravo, 1483-1521
Campanario en el torreón  de la Iglesia de San Martín


Vista nocturna de la tranquila ciudad de Segovia, con sus luces y sus sombras


Si vienen de visita a esta hermosa ciudad, se las recomiendo, no dejen de probar la sopa castellana y el pulpo a la gallega del Restaurante José, en la Plaza Mayor, el cochinillo de José María, el mejor dicen los segovianos, en la calle Real y el cordero lechal, cochinillo y los callos en el Mesón de Cándido, un personaje su hijo, con demostración de cortar el cochinillo con el borde de un plato para demostrar la terneza de su producto estrella. No se olviden de las olivas gigantes y la tortilla de papas, mato por esta tortilla y todos los tipos de raciones!! Me he sorprendido gratamente con todos los café descafeinados que he tomado. He encontrado que no son "quemados" como me pasa en otros países o los importados que me compro. En todos los lugares pregunté por la marca y eran todos distintos, no me pregunten pues si no anoto, olvido, es demasiada información. Salida para el día tres , el Alcázar y la Catedral.

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