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lunes, 19 de septiembre de 2016

Crónicas Patricias: Segovia, una Toscana española Parte III - La Catedral de Segovia



Catedral de Segovia, Castilla y León, España


La Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutos, la Dama de las Catedrales por sus dimensiones y elegancia, es de estilo gótico tardío con algunos atributos renacentistas. Fue construida entre 1525-1577 con el financiamiento del pueblo segoviano.
Tres catedrales ha tenido Segovia, la primera arrasada por los arrianos en el 516, estaba a orillas del Eresma, la segunda construida en tiempos de Alfonso VII en la plaza del Alcázar, fue víctima de la guerra de las Comunidades de Castilla y la última se edificó con el aporte de los segovianos, quienes trabajaron gratis en la construcción entre los siglo XVI y XVIII, dirigida en los comienzos por Juan y Rodrigo Gil de Hontañón, debiendo derribar numerosas casas judías. 
La fachada principal fue realizada por Juan Guas, la Puerta del Perdón con una Inmaculada, en las otras dos puertas aparecen San Frutos, patrono de Segovia y San Geroteo, el primer obispo de la ciudad.
En su interior nos encontramos con unas veinte capillas con hermosísimas pinturas y esculturas. El Altar Mayor fue encargado por Carlos III con un retablo realizado en mármol negro y blanco con las imágenes de San Frutos, San Geroteo y en la parte central se ubicó la imagen románica de la Virgen de la Paz donada por Enrique IV. El Cristo yacente de Gregorio Fernández es impresionante, el Retablo de la Piedad fue realizado por Juan de Juni y el Cristo es de Manuel de Pereira del siglo XVII.
El archivo de la Catedral es uno de los más importantes de España, guarda 350 códices (libros escritos a mano), 529 incunables (deriva del latín Incunabulum que significa “aquello que está aún en su cuna” y  se designa a todo libro publicado desde la invención de la imprenta hasta el último día del siglo XV). 
La torre mide 88 metros  y sufrió la caída de un rayo perdiendo así la parte superior. Era la torre más alta de España. 
En el Museo Catedralício está el sepulcro del infante Don Pedro, hijo de Enrique II que murió a los 12 años al caer de una de las ventanas del Alcázar. Dicen que la aya del infante se lanzó al vacío por temor al castigo.
El paseo por el claustro es de una belleza típica de la zona segoviana y construido por Juan Guas a finales del XV.
El arquitecto, maestro de cantería y escultor español Juan Guas, al que se le desconoce la fecha de nacimiento, es sin alguna duda uno de los mejores representantes del gótico tardío y del gótico toledano. Entre las primeras obras que trabajó se encuentran las Catedrales de Segovia y Ávila. Tiene una enorme cantidad de obras, como el monasterio de San Juan de los Reyes en Toledo, que pronto visitaremos y que fue mandado a construir por Isabel La Católica.
Ahora me detengo a contarles algo que me ocurrió en la Catedral y miren que he visitado iglesias, capillas, catedrales y varios estamentos de ellas en mi vida, pero nunca me ocurrió algo así.
Al entrar me crucé con un fraile dominico, vestía su túnica blanca con capucha y era de edad avanzada. Nos miramos y me sonrío. Me senté a rezar mirando el altar mayor y luego de un rato me levanté para recorrer la Catedral. Nos cruzamos nuevamente y me dice, ven, me puso la mano en la cabeza y me dijo, permite que te bendiga. Le dije, claro que sí y me puse a llorar. Porqué lloras me dijo, he perdido a un hermano hace veinte días, y no pude hablar más. se me anudó la garganta y no podía dejar de llorar. Me tocó un hombro y me dijo con una cálida sonrisa, tu hermano está en los brazos del Padre, él lo llamó, tranquila hija y pídele a tus santos por él. Le agradecí y me fui llorando en mi recorrida por la catedral. Me lo crucé varias veces durante mi recorrida y me sonreía. Sería un mensaje de Marcelo? Ha viajado conmigo desde Uruguay, está en mi oraciones, en mis noches de desconsuelo, en mis llamados con mi madre y familia, y creo que, esta etapa es para encontrarme con su alma desde estas tierras santas y hacer los primeros pasos de mi duelo, este pesado momento de nuestras vidas.


La web de la Catedral de Segovia  













































Como glorioso final de  las agotadoras y gratificantes caminatas,
recorriendo tan bellos paisajes, nada mejor que encontrar
la Maison du Savon de Marseille,
sales minerales de lavandas  de la Provence  en baño de inmersión


Fuentes: Segovia, César Justel

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